Los algoritmos pueden simplificar y facilitar el trabajo de muchos sectores. Existe un método matemático nombrado Modelo Wilson que se utiliza para agilizar un proceso de logística. En el post de hoy te contamos de qué se trata y cómo puedes implementarlo en tu negocio. Si estás buscando formación específica para la gestión y el control de la cadena de suministro de un negocio, no te pierdas nuestro Máster Supply Chain Management.
¿Qué es el Modelo Wilson?
El Modelo Wilson se trata de una fórmula matemática que se emplea para resolver los problemas de inventario. Se utiliza para calcular de forma precisa el tiempo y la cantidad de pedidos a realizar a un proveedor para que nunca nos quedemos sin stock. Este modelo puede aplicarse no solo a primeras materias, sino que también a todo tipo de artículos.
Así es su fórmula
Primeramente, debemos conocer las variables necesarias para poder realizar la fórmula de la manera más efectiva. Debemos conocer la cantidad óptima de pedido (Q), la demanda anual del producto (D), el coste que nos conlleva realizar dicho pedido (K) y el coste que nos supone almacenar una unidad en un tiempo determinado (G).
Con esta fórmula, podemos ser capaces de conocer el tiempo y la cantidad de artículos que debemos pedir y almacenar. De esta forma, optimizamos el volumen de compra y sabemos cuándo debemos realizar dicho pedido.
Aunque el Modelo de Wilson puede ser de gran ayuda para muchas empresas, debemos remarcar que deben cumplirse unas condiciones para que pueda ser efectivo. La primera de ellas es que dicha empresa tenga una demanda constante durante todo el año. Además, es muy importante para que la fórmula sea precisa, que el precio del producto también sea constante, su precio no puede tener grandes variaciones para poder mantener la fórmula.
Ventajas de emplear el Modelo de Wilson
Si como empresa cumples las especificaciones anteriores, las ventajas son obvias. No sólo optimizas el tiempo en calcular cuánto y cuándo pedir el producto, sino que también optimizamos la gestión del stock.
Al saber de forma precisa cuánto necesitamos, también rebajamos el coste de adquisición y de almacenamiento de los artículos que necesitamos. Siempre habrá inventario pero evitaremos superávits, que en muchos casos puede ser contraproducente.
La fórmula, si tenemos controladas las distintas variables que la conforman, puede ser un gran aliado para aquellas empresas que una de su principal actividad es el almacenamiento de stock. Aplicarlo a tu empresa, si esta cumple dichos requisitos, de bien seguro que aportará muchos beneficios y reducirá costes.